lunes, 28 de marzo de 2011

No te rindas, el comienzo siempre es lo más difícil c:

Me sorprende cuanto han cambiado las cosas estos últimos meses. Simplemente logré confirmar que, por más que tratemos de impedirlo, no es posible que las cosas se queden igual para siempre. Tienden a cambiar, para bien o para mal, pero cambian. De eso no hay duda. Y es algo constante, algo que a veces ni siquiera percibimos si no estamos lo suficientemente atentos, porque es algo que no podemos evitar. Y es así como vienen esos momentos en los que nos paramos y nos decimos "¿Esto es la felicidad? Bien, creo que es lo más parecido a eso que he sentido en mi vida, y realmente se siente... bien", cuando simplemente no podemos recordar cómo era estar triste, y deseamos que eso no acabe nunca. Pero, la mala noticia, es que, tarde o temprano, siempre se termina. Y ahí empiezan los problemas. Porque esa sensación de alegría se vuelve ausente, y uno la extraña. A cada segundo. Pero, otra ventaja de estas cosas que no controlamos porque no somos más que unos seres ñoños, es el tiempo. Sí, el tiempo. Porque pasa aunque no lo queramos. Aunque estemos pasandolo tan mal que no comprendamos qué gracia tiene seguir parados, cuando lo más fácil sería dejarse caer. Y, de hecho, rendirse es finalmente la cosa más fácil que hay en el mundo, lo realmente difícil es ponerse de pie a pesar de todo; y ahí es donde nuestra debilidad es nuestra fortaleza. Muchas personas quizás no entiendan esto, pero la verdad es que siento que, si bien el tiempo no cura nada (a pesar de todo lo que puedan decir, lo siento), puede ayudarte a madurar. Puedes llegar a aceptar las cosas, y cambiar ese "Lo tengo todo, pero no lo que quiero" por el "Lo tengo todo, voy a disfrutarlo". Porque, de algún modo, siempre vamos a querer más, y por lo general jamás lo conseguimos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si tienes algo que decir con respecto a las publicaciones de este blog, deja tu comentario :D Lo leeré incluso si no eres parte de Blogger.